15 de febrero de 2012

¿Y qué tanto, chuchutumare?

Solo pensé que me habían quedado un par de cosas pendientes que decirte, pero se me llenaron los pensamientos de palabras y cuando abrí la boca, un torrente de puteadas se fueron marchando uniformadas hasta tus oídos. Pienso que no eran mías: si marchan es porque son fachas, y las mías, se creen revolucionarias.  Lo único que me queda pensar, es que lo que pretendías, era amarrarme.

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